Avanza desarrollo de producción nacional de prebióticos para la industria alimentaria

14.03.2019

El Centro de Investigación y Desarrollo en Criotecnología de Alimentos (CIDCA), centro de triple dependencia entre (CICPBA - UNLP - CONICET), puso en funcionamiento la primera Planta Piloto productora de prebióticos del país en el Campus Tecnológicos de Gonnet. Andrea Gómez-Zavaglia, investigadora del CONICET y directora del proyecto dialogó con "Ciento por Ciencia", el programa de radio institucional de la CIC, que se emite los sábados a las 8 hs por FM Provincia 97.1 y por AM 1270 los domingos a las 9 hs.

"En la planta se elaborarán fructo-oligosacáridos y galacto-oligosacáridos, ambos se conocen como prebióticos, y tienen propiedades beneficiosas para las personas que los consumen, por ejemplo, mejora la salud intestinal, porque estimulan el desarrollo de bacterias benéficas", explicó la experta. Estos prebióticos se los utiliza como ingredientes alimentarios -lo que se conoce como alimentos funcionales- muchos de ellos tienen añadido este tipo de producto; se encuentran, por ejemplo, en lácteos, jugos, panes, barritas de cereales, entre otros.

El producto que se genera en la Planta Piloto es un jarabe, pero pueden ser deshidratados por distintos procesos y se pueden obtener polvos que ayuda a su conservación y traslado.

Los prebióticos tienen propiedades beneficiosas para las personas que los consumen,  mejorando la salud intestinal, porque estimulan el desarrollo de bacterias benéficas" 

"Este es un proyecto muy prometedor", afirmó Andrea Gómez-Zavaglia. "Partimos de un sustrato que tiene muy bajo costo como puede ser la sacarosa o la lactosa, y el producto final -que actualmente se importa- es un ingrediente que se utiliza muchísimo en la industria alimentaria. Nuestros clientes serían empresas alimentarias que actualmente están importando este producto", remarcó la investigadora.

Además, una ventaja adicional de este producto, en el caso de los fructo-oligosacáridos "tienen un 60% de poder edulcorante de la sacarosa y no se absorben, esto nos permite aportar al alimento un poder edulcorante sin contenido calórico. Esto nos parece importante porque el consumo de productos edulcorados con sacarosa o jarabe de maíz es muy elevado en Argentina y en distintos países. Esto se suma a que las legislaciones están tendiendo a limitar este consumo. Los productos que nosotros vamos a elaborar tienen esa propiedad y van en esa tendencia de obtener alimentos más saludables", explicó Gómez-Zavaglia y apuntó a que "en un futuro tenemos la intención de trabajar con las empresas y poder comercializarlo y llegar a una escala industrial".